Hoy hablamos de errores. Porque sin errores, tampoco habría aciertos.
El caso es que, para los que aún no lo sabéis, intento ser autodidacta en casi todo lo que hago.
Así que cuando me inicio en cualquier actividad, básicamente funciono por ensayo-error y muchas veces las cosas salen a la primera pero en otras ocasiones, meto la pata hasta el fondo, y acabo preguntándome:
¿¿¿¿Cuando fue el maravilloso momento en el que se me ocurrió semejante tontería????Claro está, después de tenerla acabada y viendo todos los errores-uno-por-uno-mientras-te-echas-las-manos-ala-cabeza. Supongo que como a mucha gente le pasa, terminas acumulando un montón de cosas, así que cuando toca hacer limpieza, mi pregunta es ¿Y qué hago yo ahora con esto?
- ¿Tirarlo? Como que no.....sería un boicot a mi filosofía del reciclaje.
- ¿Guardarlo? Pues claro, que en el momento menos pensado se me ocurre hacer algo con ello.
Esta semana, por el estrés del trabajo o porque estoy de nones, tenía empezadas un par de cosillas pero tuve que desistir, y ahora me toca esperar un par de días hasta nuevo aviso por parte de mi desaparecida creatividad :(
Ejemplos tengo a patadas: o demasiado grande, o muy pequeño, o he cortado donde no era, o he cosido de más, o los materiales eran una puñetera mierda o no he previsto ciertas cosas, o esto destiñe, etc., etc., etc. Un día dedicaré un post a pequeños consejos útiles a la hora de ponernos manos a la obra pero de momento os ilustro con un par de fotos.
En los collares usé materiales que no eran de buena calidad y el anillo me quedó desproporcionado |
La pintura del espejo no era apta para cristal, el broche quedó mirando pa´ Cuenca y el bolso se abría por ser de tela demasiado elástica y no llevar forro |
Moraleja del cuento: no desistáis, tarde o temprano lo conseguiréis pero hay que tener mucha paciencia, aprender del error y ¡¡¡volverlo a intentar!!!
¡¡Hasta el próximo post y feliz comienzo de semana!!
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