Hoy os presento otra cuestión bodil: la elección de las joyas de la novia, en este caso, los pendientes.
Soy de esas que no han tenido la suerte de heredar de generación esa joya vintage y poder lucirla uno de los días más importantes de su vida. Y me hubiese encantado, os lo puedo asegurar...
Para el dia B, o lo que es lo mismo, el día de la boda, había elegido llevar un semirecogido y ningún adorno en el pelo así que podía darle protagonismo a los pendientes, que sea dicho de paso, me apetecían grandes. Según el protocolo no es lo correcto pero sinceramente me daba igual.
Una vez que me puse a buscar esa "JOYA", lo que me encontraba no se asemejaba a la idea que ya me había formado en la cabeza. Y es que a veces las expectativas superan la realidad con creces y lo mejor en estos casos es seguir el archiconocido lema de: SI NO PUEDES CON EL ENEMIGO, "HAZLO TU MISMO" jajajaja
Por esa época me daba por trabajar bastante con el aluminio para mis manualidades (es fácil de usar ya que es bastante maleable) así que me pareció el material perfecto para mi día B. Si que es cierto que hay que tener cuidado a la hora de doblar el alambre ya que ambos pendientes han de quedar iguales; así que el consejo que os doy es que los vayáis haciendo a la vez, cada doblez que le hagáis a uno de ellos, repetir inmediatamente el mismo proceso en el otro. También hay que considerar el grosor del alambre y medir los milímetros por donde se va a insertar cada abalorio.
Y como siempre, aquí la imaginación es la clave; además de doblar de la forma que más te guste el alambre hasta conseguir los pendientes que quieres, también se podrán usar diferentes materiales: plumas, tela del mismo vestido de novia, botones joya, fornituras, piedras naturales, lo que se os ocurra...
Y aquí tenéis el resultado final:
Soy de esas que no han tenido la suerte de heredar de generación esa joya vintage y poder lucirla uno de los días más importantes de su vida. Y me hubiese encantado, os lo puedo asegurar...
Para el dia B, o lo que es lo mismo, el día de la boda, había elegido llevar un semirecogido y ningún adorno en el pelo así que podía darle protagonismo a los pendientes, que sea dicho de paso, me apetecían grandes. Según el protocolo no es lo correcto pero sinceramente me daba igual.
Una vez que me puse a buscar esa "JOYA", lo que me encontraba no se asemejaba a la idea que ya me había formado en la cabeza. Y es que a veces las expectativas superan la realidad con creces y lo mejor en estos casos es seguir el archiconocido lema de: SI NO PUEDES CON EL ENEMIGO, "HAZLO TU MISMO" jajajaja
Por esa época me daba por trabajar bastante con el aluminio para mis manualidades (es fácil de usar ya que es bastante maleable) así que me pareció el material perfecto para mi día B. Si que es cierto que hay que tener cuidado a la hora de doblar el alambre ya que ambos pendientes han de quedar iguales; así que el consejo que os doy es que los vayáis haciendo a la vez, cada doblez que le hagáis a uno de ellos, repetir inmediatamente el mismo proceso en el otro. También hay que considerar el grosor del alambre y medir los milímetros por donde se va a insertar cada abalorio.
Y como siempre, aquí la imaginación es la clave; además de doblar de la forma que más te guste el alambre hasta conseguir los pendientes que quieres, también se podrán usar diferentes materiales: plumas, tela del mismo vestido de novia, botones joya, fornituras, piedras naturales, lo que se os ocurra...
Y aquí tenéis el resultado final:
Si no os aventuráis a hacer un Diy así, podéis probar a hacer unos pendientes cuando os toque ir de invitadas.
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¡¡Hasta el siguiente post!!
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